Sé que hay muchas variedades de pisto, y no sé si éste que os traigo es exactamente el pisto manchego o no. Yo os lo traigo más o menos como lo ha hecho siempre mi madre.
Me encanta para cualquier época del año, porque está bueno tanto frío como caliente, y se puede acompañar de miles de cosas: huevo frito, pasta, pescado, arroz, carne... Pero ahora, en verano, a mi me apetece mucho por la noche, fresquito, y con un poco de queso fresco de cabra para acompañarlo...
Así que os voy a contar cómo lo hago.
Con los ingredientes que os pongo saldrán para unas cinco o seis raciones. Siempre que cocino me gusta hacer para varias veces; lo que no utilizo en el día, lo congelo o lo guardo al vacío...
Para que os hagáis una idea aproximada, el peso de los ingredientes es el siguiente:
- 600 gr. calabacín
- 300 gr. berenjena
- 325 gr. cebolla
- 80 gr. pimiento verde
- 100 gr. zanahoria
- 900 gr. tomate
Por supuesto, hay veces que le pongo más berenjena, o que no le pongo zanahoria....
Una vez lavados todos los ingredientes, los vamos pelando y troceando en dados lo más pequeños posible (o como nos guste encontrarnos la verdura luego)
Lo primero, la cebolla, que sofreiremos en aceite de oliva virgen junto con el pimiento unos 20 minutos, a fuego medio.
La zanahoria bien picadita.
A continuación, el calabacín y la berenjena, que dejamos pochar sobre unos 10 minutos.
A continuación, el calabacín y la berenjena, que dejamos pochar sobre unos 10 minutos.
Por último, añadimos los tomates (pelados).
Aquí dejamos que se siga haciendo la verdura unos 15 minutos, ó 20 si vemos que la verdura está muy entera todavía.
Habrá que probar para salpimentar al gusto. Si los tomates resultan muy ácidos, se le puede añadir un poco de azúcar.
Y nada más.