Este post va con un día de retraso.
Quería haberlo publicado para felicitar la Pascua a todo el mundo, pero no pudo ser.
Es una receta que tenía ganas de probar, más por la presentación que por la receta.
Y es que me persiguen por la blogosfera: esos brownies hechos dentro de la cáscara de huevo de La Receta de la Felicidad... Tenía que hacerlos.
Pero me apetecía un bizcocho más básico: el famoso 1,2,3. Sí, sí, el de yogur. Así que, ya sabéis:
v 1 yogur de limón
v 2 medidas (del vasito de yogur) de azúcar moreno
v 3 medidas de harina integral
v 4 huevos
v 1/2 medida de aceite de oliva suave
v 1 sobre de levadura (Royal)
v ralladura de 1 limón
Para quien no tenga ganas de limpiar el vasito o utilice un yogur de mayor tamaño, hace tiempo que pesé los ingredientes. Sería:
v 125 gr. yogur
v 200 gr. azúcar
v 225 gr. harina
Batimos los huevos. Le añadimos el azúcar. Luego la harina tamizada y mezclada con la levadura. A continuación el yogur, el aceite y por último la ralladura de limón.
v 125 gr. yogur
v 200 gr. azúcar
v 225 gr. harina
Batimos los huevos. Le añadimos el azúcar. Luego la harina tamizada y mezclada con la levadura. A continuación el yogur, el aceite y por último la ralladura de limón.
Como tenía intención de hacer este dulce, llevaba varios días guardando las cáscaras de los huevos que iba utilizando para cocinar.
Con un sacacorchos básico, se perfora el huevo por la parte más afilada. Se abre un poco más a mano y se vacía sobre un cuenco o vasito. No os puedo mostrar fotos, porque lo preparé todo yo sola y a escondidas para preparar un desayuno sorpresa...
Como recomendación, vaciar huevo por huevo, por si acaso se cuela un trocito de cáscara que se pueda quitar con facilidad, que si luego cruje el bizcocho es muy desagradable y todo el esfuerzo queda en nada...
Luego hay que lavarlos muy bien. Media hora en agua caliente con un poco de detergente. Y sacarlos bocabajo muy bien.
Para hornearlos, hay que preparar una bandeja de cupcakes, por ejemplo, poniendo en cada hueco un poco de papel aluminio para que los huevos no se muevan y no se salga la masa.
Si no tenemos bandeja de cupcakes, se pueden utilizar cuencos pequeños de material resistente al horno. Por ejemplo, unos de cristal, repartidos por la bandeja del horno, como podéis ver en la siguiente foto.
Cuando vayamos a hornear la masa, hay que introducir una gotita de aceite dentro de cada cáscara y girarla antes de introducir la masa, para que no se pegue.
Preparamos una manga pastelera sobre un cuenco, para que sea más fácil rellenarla con la masa. O igual, una bolsa de congelados.
Abrimos la esquinita y rellenamos 2/3 de cada cáscara.
Como según mis cálculos y aunque hubiera 12 cáscaras iba a sobrar masa, rellené dos moldes pequeños de corona, que luego van a ser nuestros nidos...
Horneamos a 170ºC durante unos 35 minutos.
Al sacar del horno hay que limpiar lo que se haya salido. Hay que hacerlo en caliente, porque si se enfría costará mucho trabajo.
A la hora de servir, colocar los huevos sobre las hueveras con la abertura hacia abajo, para que parezca que están cerrados y son huevos cocidos.
O sencillamente, sobre el cartón en el que lo compramos (debidamente forrado, ya que no lo podemos lavar...)
Yo aproveché que Rafa trabajaba por la tarde para preparar el desayuno con más calma, así que puse un poco de todo....
Opciones de relleno, las que queráis: bizcocho de chocolate, brownie, masa de cupcake, muffins... Sólo hay que controlar los tiempos.
Para comerlo, lo pelamos como si fuera un huevo duro.
Opciones de relleno, las que queráis: bizcocho de chocolate, brownie, masa de cupcake, muffins... Sólo hay que controlar los tiempos.
Para comerlo, lo pelamos como si fuera un huevo duro.
Y ya está.
Espero que os haya gustado y que os animéis a probarlo.