Como os comentada en el post anterior, ya estamos de vuelta de las vacaciones.
Han sido quince días estupendos. Con sol, playa, un poco de cultura, un mucho de buenos amigos, siestas, pescaíto frito, un buen libro pendiente de terminar....
Empezamos en la Costa del Sol y terminamos en la Costa de la Luz...
Por eso, las tres manzanas que nos quedaban sin comer cuando cambiábamos de destino se quedaron un poco pochas... No estaban malas, pero sí blandas, y a mi la manzana, además de por el sabor, el color y el olor, me gusta por el oido... Ese "crack" cuando la muerdes.... ¡¡Mmmmm!!
De hecho hace un año me quitaron los brackets (sí, de mayor, es la moda...) y estaba tan ansiosa obsesionada con poder morder manzanas como Dios manda que todavía no se me ha pasado el "enjoto", como decimos en Andalucía...
Si a esos traslados le añades una parada a medio día en Sevilla un 16 de julio, pues la cosa ya no tiene remedio...
Siempre me he negado a tirar comida. Mientras haya una persona pasando hambre me parece de pecado. Así que lo único que podía hacer es preparar en conserva. Y a pesar de volver de las vacas con algún kilito de más y con propósito de enmienda, me he visto en la obligación moral de hacer MERMELADA DE MANZANAS CON CANELA.
Los ingredientes no tienen ningún misterio....
Los ingredientes no tienen ningún misterio....
Como veréis, en la foto ya os pongo las manzanas peladas, que una cosa es decir que estaban feúchas, y otra ya es exhibirlas...
En las mermeladas el azúcar lo peso en base a la fruta ya pelada, deshuesada y picada.
Como normalmente la fruta ya es dulce, le agrego la mitad de lo que ésta pese (si no la mermelada queda demasiado dulce para mi gusto).
En este caso fueron 300 gr. de manzana limpia, y 150 gr. de azúcar moreno.
Pues eso, lavamos, pelamos y picamos la fruta y la pasamos a una cacerola con el azúcar, donde la ponemos a fuego lento unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
Se le puede añadir un chorrito de limón, que va muy bien para que la fruta suelte su jugo.
Subimos a fuego medio-fuerte, otros 10 minutos, y seguimos moviendo de vez en cuando.
Cuando esté tierna la manzana, según la textura que queramos que tenga, utilizaremos una batidora (para una textura muy fina, sin trozos) o un chafador o tenedor (textura media) o unas varillas, que es lo que yo he utilizado porque nos gusta que tenga trozos......
Retiramos del fuego.
Para terminar, una cucharadita de canela y removemos. ¿Veis cómo cambia el color y la textura?
Si se va a consumir pronto, no hace falta cerrarlos al vacío. Lo que suelo hacer es llenar el tarro con la mermelada bien caliente, cerrarlo rápido y ponerlo bocabajo. Al enfriarse hace un poco de vacío.
Y nada más. A desayunar felices (o merendar....)