Estos días han coincidido el santo de mi tío Javier y el de mis dos primos. Como son muy agradecidos para todo y, sobre todo, se lo merecen, me metí en la cocina a hacer unas galletas de mantequilla que la verdad salen muy ricas.
Son del estilo Shortbread, ya sabéis, el típico de las cajitas de galletas con los cuadros escoceses....
Ya las había hecho antes; así que, como lo bonito en la cocina es innovar, las he hecho con un cortapastas que además imprime el nombre que quieras.
Os voy a pasar la receta. Son muy fáciles de hacer. Sobre todo, la "versión original" no necesita cortapastas especiales.
Hace falta:
- 250 gr. de harina blanca
- 200 gr. d mantequilla con sal (ablandada)
- 100 gr. de azúcar glas (si no tenéis a mano, azúcar blanco pasado por la minipimer hasta que se haga polvo)
- 50 gr. de piñones
- 50 gr. azúcar blanco (esta vez normal...)
- 3 yemas de huevo
Hay quien además le añade un sobre de vainilla en polvo. Yo las prefiero sin.
Venga, pues vamos al lío...
Primero, en la batidora, picad los piñones con los 50 gr. de azúcar normal, hasta que todo quede casi como una harina gruesa.
Ahora mezclamos la mantequilla con el azúcar glas (y la vainilla si optáis por añadirla). Se añaden las yemas, los piñones (antes picados con el azúcar), y la harina. Aquí viene la labor más ardua, porque hay que mezclar bien los ingredientes para que se haga una masa más o menos uniforme.
Y ahora, podéis cogeros un ratito para vosotras o lo que queráis, porque hay que dejar reposar la masa unas dos horas más o menos. Envolvedla en papel film para meterla en el frigo.
Pasadas las dos horas (si es más no pasa nada, ¿eh?), se saca la masa y se estira. Calculad que el grosor de las galletas debe ser un poco menos de 1 cm. Y se empiezan a cortar las galletas.
Que tenéis cortapastas, pues muy bien, con la forma que queráis. Os pongo un ejemplo de las que yo hice (con un resto de masa, hice dos a mi marido...)
Que no hay cortapasatas o las queréis hacer con la forma auténtica, pues con un cuchillo apañado, cortáis la masa horizontalmente, y luego en vertical, de forma que las galletas queden en forma de rectángulo. Para el tamaño normal, que suele ser alargado y estrecho, saldrán unas 20-25 galletas. O las podéis hacer de bocado, más cortitas, que os pueden salir entre 60-70.
En cualquier caso, sea cual sea la forma de la galleta, hay que agujerearlas ligeramente, bien con un tenedor de postre, o con un palillo de dientes.
Ahora, al horno. Si tenéis una hoja de silicona para que no se peguen, genial. Que no, engrasad la bandeja, o cubridla con papel aluminio engrasado con mantequilla o aceite suave.
Después de 15 minutos a 175º, tendréis vuestras galletas, y un olor riquísimo en la cocina. Ya sólo queda esperar a que se enfríen, y disfrutarlas.
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