Varios días con el ordenador roto (malditos virus...) dan para mucho más rato en la cocina... Y eso, a pesar de estar preparando la casa y las maletas para las vacaciones.
Así que esta semana la hemos empezado con una crema (cómo no) fresquita: Vichyssoise.
La invención de la Vichyssoise se atribuye a Louis Diat, un cocinero del Ritz-Carlton de Nueva York, en los comienzos del siglo pasado. El chef Diat recordó los pasos de su invención en una entrevista para el New Yorker en 1950: "En el verano de 1917, cuando llevaba ya siete añosen el Ritz, reflexioné sobre la sopa de patata y puerro de mi niñez, que mi madre y mi abuela solían hacer. Recordé cómo, durante el verano, mis hermano mayor y yo la enfriábamos vertiendo en ella leche fría. Decidí hacer algo de este tipo para los patrones del Ritz".
Vaya, vaya. Qué sorpresa, ¿verdad? Así que esta crema es de origen norteamericano.... Aunque dedicada a la ciudad de Vichy (cercana al pueblo natal de Louis Diat).
La receta que utilizo es la que mi madre ha utilizado siempre. Le sale riquísima.
Siempre que oigo hablar de esta crema escucho que si es muy complicada, que si es muy laboriosa... De eso nada. Debe ser que al tener el nombre en francés suena "très compliquée"
Como lleva nata también tiene fama de ser muy pesada, pero una ración tiene en torno a 200 calorías.
Además, los puerros son buenísimos para los intestinos. Mejoran la circulación sanguinea y su contenido en zinc fortalece las paredes de las arterias.
Los ingredientes: puerro, mantequilla, cebolla, patata, caldo de pollo sal y pimienta. Yo además le añado un poco de aceite de oliva.
Picamos la cebolla muy finita.
En una olla, derretimos la mantequilla y cuando esté caliente añadimos la cebolla.
Abrimos y limpiamos los puerros, utilizando sólo la parte blanca (guardamos un trocito de la parte verde), y los picamos también muy finos.
Los añadimos a la olla.
Ahora hay que dejar que queden cebolla y puerro muy suaves y transparentes, pero que no tomen nada de color, ya que si lo hacen el color final de la crema cambiará.
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas más o menos finas, y las añadimos.
Podemos ahora echar un chorrito de aceite si vemos que lo pide.
Cuando lleven cinco o diez minutos, añadimos caldo y dejamos que hierva a fuego lento unos 40 minutos.
Salpimentamos y trituramos.
Dejamos atemperar y guardamos en la nevera para su consumo al día siguiente.
Se le añade la nata y se mezcla con la misma batidora o con varillas. Si queréis, la nata se le puede incorporar el día anterior, pero por costumbre lo hago así. Y por tranquilidad, que suelo hacer bastante cantidad y me dura para varios días y creo que es mejor añadirla un día después...
Si ha quedado muy espeso, se le puede añadir un chorrito de leche.
A la hora de servir, se suele aderezar con un poco de perejil picado.
Pero en mi casa mi madre siempre ha cogido un trocito de la parte verde del puerro (ese que habíamos reservado antes), y lo partimos muy, muy finito. Le da un puntito crujiente que nos encanta.
¡¡Y lista para comer!!
¡¡Y lista para comer!!
Como veis, no es para tanto... Así que espero que os animéis.
Que pinta mas buena.
ResponderEliminarTambién la tengo que hacer y además muy bien explicada.
Besos
¡Gracias, Pilar!
EliminarComo ves, no tiene ningún misterio.
Y con el calor que nos acompaña viene muy bien... ¡¡Que te aproveche!!
¡¡Besitos!!