Este fin de semana pasado tuvimos una celebración especial en la familia: la pedida de la hermana de Rafa. Y nuestra pequeña aportación a la cena fueron PIRULETAS DE PARMESANO.
Sinceramente, tenía muchas ganas de hacerlas. Aunque hace ya cuatro o cinco años que hice mi primera incursión con el queso rallado horneado (unas chips de queso Idiazábal que salieron riquísimas), la aventura de ponerles un palito y que al ponerlas derechas no se caigan....
Pero mejor os cuento paso a paso cómo me ha ido.
Lo primero los ingredientes:
Con 250 gr. de queso salen una 20 piruletas.
Una de mis recomendaciones es rallar el queso en casa, ya que el que se vende rallado ha perdido volumen y es menos esponjoso.
Sobre la bandeja de horno, ponemos una hoja de papel vegetal especial para hornear.
Colocamos un aro de cocina y vertemos el queso rallado con una cuchara. Para que quede bien extendido, yo he utilizado un pincel de silicona.
Levantamos el aro y colocamos un palito. Presionamos con suavidad y ponemos un pellizco de queso sobre la parte del palo que queda dentro de nuestra piruleta.
Hacemos lo mismo varias veces. A mi me han cabido tres en la parte superior y dos en la inferior, colocadas cabeza abajo...
Introducimos la bandeja en el horno con mucho cuidado, para no deshacer la forma de las piruletas.
Horneamos a unos 180ºC, durante 5 minutos.
Las sacamos cuando el queso esté totalmente derretido e hirviendo (al hacer burbujas es cuando se forman los "agujeritos" que le dan ese aspecto final a la piruleta). También conviene que suban un pelín el tono, ya que así quedarán más crujientes.
Ahora, con cuidado para no quemarnos, sacamos el papel de horno con las piruletas derretidas para ponerlo sobre una superficie fría. De este forma comenzarán a solidificarse para, pasados unos minutos, despegarlas y ponerlas de pie.
Aunque se trata de una receta muy sencilla, hay que estar muy pendiente de varias cosillas:
1) El papel de horno que mejor va es el vegetal. Yo utilicé éste y otro que tengo como encerado. En el encerado, la tercera hornada salió más floja. Y es que al derretirse este queso suelta mucha grasa, y el papel vegetal la absorbe mejor. Tampoco está de más pasarle una hoja de papel de cocina para quitar el exceso de grasa (al papel vegetal; con el otro, ni esto me funcionó...)
2) El tiempo de horneado depende del horno, de la bandeja de hornear (yo utilicé dos y en una tardaban un minuto menos en hacerse...) y, por supuesto, del grosor de las piruletas. Así que los 5 minutos son orientativos, aunque hay que vigilar, que 10 segundos de más y nos podemos quedar sin aperitivo...
3) Al ponerlas de pie no lo hagáis directamente donde las vayáis a presentar o servir. El Parmesano es un queso muy graso, así que van a soltar grasa. Yo las coloqué en un corcho, sobre una servilleta que recogiese esta grasa.
4) Se mantienen hasta dos día crujientes dejándolas al aire.
Bueno, pues yo creo que esto es todo.
Animaos a hacerlas, que es muy sencillo y están riquísimas.