En esta ocasión quería hacer algo diferente. Porque era para el cumpleaños de mi hermana y la ocasión lo requería. Además, la tengo entre mis conejillos de Indias y está "obligada" a probar todo lo que hago, así que no valía repetir....
Y me puse a rebuscar entre los recortes de recetas de cocina (sí, todavía recorto recetas de revistas... no todo va a ser digital...), y encontré dos recetas de galletas saladas que me encantaron.
Haremos una masa sablé, pero utilizando queso en polvo. Para ello, nos van a hacer falta los siguientes ingredientes:
Hay que disponer la harina y el queso en forma de volcán (reservar una cucharadita de queso para el final). Para evitar que se hagan grumos, he tamizado tanto la harina como el queso, deshaciendo las bolitas de queso que se habían formado.
En el centro de nuestro volcán, colocamos la mantequilla troceada, a temperatura ambiente, la yema de huevo, una cucharada de agua y una pizca de sal.
Mezclamos con la punta de los dedos, hasta que se hayan integrado bien los ingredientes. Se le da forma de bola a la masa, se envuelve en film de cocina, y se deja reposar en la nevera entre 30 minutos y una hora.
Ahora extendemos la masa con un rodillo, y cortamos de la forma que queramos. Yo las he cortado cuadradas; me parecía que podían quedar monas así.
Colocamos las galletas cortadas sobre papel de horno en la bandeja de éste.
Precalentar el horno a 180ºC, y mientras, refrigerar las galletas.
Las dejamos unos 20 minutos (hasta que estén doradas). Podéis ver cómo han subido un poco...
Las dejamos enfriar en una rejilla...
Y mientras se enfrían, espolvoreamos con el queso que habíamos reservado.
Ahora sólo queda servirlas en un plato mono, abrir una botella de vino, y comérselas... ¡Feliz cumpleaños!
¡¡Besitos!!
Las dejamos enfriar en una rejilla...
Y mientras se enfrían, espolvoreamos con el queso que habíamos reservado.
Ahora sólo queda servirlas en un plato mono, abrir una botella de vino, y comérselas... ¡Feliz cumpleaños!
¡¡Besitos!!